sábado, 15 de marzo de 2014

…AL FINAL EMBARCO Y SE FUE


María Corina tomo el avión, y todos ustedes tendrán que seguir en el mismo lugar. Coincidiendo en la (larga) cola para comprar papel higiénico, en el autobús. 

Quizás alguno de los agredidos tiene en sus manos sanar a tu hijo, si es así, ojalá en ese momento no recuerde todo el odio que vio en tus ojos. 
Ojalá María Corina tampoco lo recuerde a la hora de hacer valer tu derecho (y el mío y el de ella misma) en la Asamblea Nacional.
Ojalá que se me borre todo el dolor que siento al verte hacer daño sin pensar en el  otro. 
María Corina tomo el avión, pero el odio se quedó ahí, y no se irá más si te sigues comportando de esa manera. Despreciando y abusando. 
Usando el periodismo que aprendí en la escuela me pregunto: qué, cómo, cuándo y dónde nos hicimos tan diferentes. Tan extraños. Por qué dejamos de reconocernos como iguales y, para qué.
Maria Corina tomo el avión, y ustedes, unos llenos de rabia y otros de decepción dejaron de ser los mismos. 
Dejaron de ser paisanos. 






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